Importancia de aprovechar todos los recursos que nos entrega la crianza de cerdos
El trozo de carne de cerdo que se cocina en casa es sólo el producto final de una larga cadena que abarca diferentes etapas y elementos.
Hoy en día es responsabilidad de cada organización o empresa aprovechar todos los recursos que se puedan y desprendan de sus procesos para no sólo nutrir sus finanzas, sino también para ir en pos de la sostenibilidad y generar el menor impacto al entorno, ya sean en sus dimensiones medioambiental o social.
En el caso del ganado porcino, un desecho que se genera en su crianza son las excretas. Veamos en seguida qué son las excretas y las forma que maneja Lo Valledor para transformar este desecho en un útil y sustentable recurso.
¿Qué son las excretas de cerdo?
Así como tienen que alimentarse e hidratarse, todos los animales expulsan los desechos de dicha alimentación e hidratación en forma de heces y orina. Precisamente esto es la excreta de cerdo: las heces y orinas mezcladas con el agua con la que se lavan los pabellones en los que se cría el ganado porcino.
Algunos estudios señalan que, en promedio, un cerdo genera al día 5,8 kg de excreta de orina y heces, números que en el caso de una hembra en lactación se elevan hasta los 18 kg al día.
Si se multiplica lo que genera un cerdo en promedio por la cantidad total de cerdos que una planta de crianza alberga, en la mayoría de los casos son toneladas de excretas que se producen al día.
Ahora bien, hay que tener claro que la cantidad de excretas producidas puede variar por diferentes factores como lo son los relacionados a las instalaciones y los relacionados al tipo de animal como la edad o el sexo y al tipo de alimento.
La contaminación y las excretas
Es un hecho que las excretas de cerdo contaminan, afectando al denominado microambiente (el de cada granja en particular) y al medioambiente en su nivel más general.
Las excretas porcinas generan así contaminantes que se pueden clasificar en físicos (materia orgánica y sólidos suspendidos), químicos (fósforo, nitrógeno y potasio son algunos de ellos) y, por supuesto, el característico olor a porqueriza producido por compuestos volátiles orgánicos.
A nivel microambiental, la contaminación de las excretas porcinas pueden afectar a los trabajadores y a los mismísimos cerdos. Por ejemplo, el amoníaco desprendido del nitrógeno de la orina y las heces suele producir irritación en los cerdos, disminuyendo la ganancia de peso diaria en cuyos lugares es alta la concentración.
A su vez, las excretas afectan al medioambiente contribuyendo al efecto invernadero por el bióxido de carbono y el metano que se desprende de ellas, aunque comparadas con las excretas de los rumiantes es mucho menor el impacto.
La sustentabilidad de Lo Valledor
Para paliar los efectos que las excretas de la crianza de porcinos genera a nivel ambiental, es que Lo Valledor aprovecha estos desechos para convertirlos en un producto de alta utilidad tanto en agricultura como para la generación de energía.
Así es como con las excretas de producen purines que, a su vez, permiten obtener dos subproductos: biogás para generar energía eléctrica y calórica, además de biofertilizante para abonar y mejorar suelos cuyo uso es principalmente agrícola.
Los purines para biofertilizante suman muchos beneficios a la actividad agrícola, al ser agregados a las aguas de riego y potenciar los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio, entre otros nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
Así, permiten reducir el uso de fertilizantes inorgánicos, lo que conlleva un ahorro en los costos de producción sin ver alterados los crecimientos exponenciales de los cultivos.
La mejora de los suelos es contínua, gracias a la carga orgánica del producto derivado de las excretas porcinas, aumentando la calidad y cantidad de las aguas de riego de las que disponen los diversos predios que se ven beneficiados con su utilización.
Por todo lo anterior es que Lo Valledor tiene un manejo consciente y respetuoso de los desechos que se generan con su crianza de ganado porcino. La idea es impactar lo menos posible el entorno por medio de un proyecto que sepa reconvertir lo nocivo en un producto útil y necesario para desarrollar otra actividad como la agricultura, aportando a sus procesos y permitiéndole, a su vez, recurrir a esta conversión que tanto puede sumarle a ella en tanto actividad responsable medioambientalmente.