¿Cuántas cabezas de ganado se pueden tener por hectárea?
Siempre cuestionando sus procesos para avanzar en su conocimiento en torno a la crianza de animales, la productividad y la sustentabilidad, la ganadería se encuentra con una interrogante simple en apariencia, pero que esconde diversas aristas que influyen en las múltiples respuestas: cuánto ganado se puede criar en una hectárea de terreno.
Demos un paseo por los factores decisivos en la productividad de un terreno para la crianza del ganado bovino, si es que no la más importante de las ganaderías tanto a nivel nacional como regional.
Pastoreo en el sur de Chile
A nivel nacional, la mayor parte del ganado bovino se cría en la parte considerada el sur del país, principalmente por las condiciones de vegetación abundante para la alimentación.
Según el censo bovino realizado el año 2017, el 70% del total del ganado nacional, o 900 mil cabezas, se encuentra entre las regiones de Bio Bio y Los Lagos, llegando esta última a concentrar importantes 500 mil cabezas.
El pastoreo es el método básico para criar ganado y en el cual se basa la actividad ganadera en la zona austral del país. Eso sí, requiere una aplicación eficiente para lograr sacarle el máximo provecho a las praderas y así poder criar la mayor cantidad de ganado por hectárea.
Rendimiento del predio
Un método bastante aplicado es el pastoreo por franjas en el cual se va consumiendo el forraje por sectores específicos del predio. Esta organización permite llevar un control de la materia vegetal disponible y aplicar cálculos para respetar los tiempos de regeneración ideales.
Según los especialistas, los animales no deberían pastorear una misma franja del terreno bien utilizada por más de 3 días consecutivos, para no afectar la cantidad de reservas para el próximo rebrote.
Alimentación bovina y cabezas por hectárea
En cualquier método de alimentación del ganado, hay que tener claridad de cuánto consume cada animal, atendiendo a variables como la raza y el suministro o no de suplementos concentrados.
Así es como en el ganado sin suplementación, es decir, que se alimenta exclusivamente a través del pastoreo, el consumo diario de materia vegetal es a modo general de un 3% del peso vivo en el caso de las vacas lecheras en producción y de un 2,5% del peso vivo en el caso de novillos y vaquillas.
Aterrizando los porcentajes, una vaca de 450 kg requiere alrededor de 12 kg de materia seca de forraje por día. Y si se lleva a un mes, lo que consume una vaca es entre 270 y 400 kg de materia seca de forraje.
Si tomamos en cuenta los datos anteriores, una hectárea mejorada que produzca hipotéticamente 10.000 kg de materia seca alcanza para criar anualmente 1,87 vacas, 3,33 terneros o 2,5 novillitos de hasta 470 kg. Hay que recalcar que al realizar cualquier cálculo influyen el tipo específico de vegetación con su calidad alimentaria, la disponibilidad de agua (una res consume entre 40 y 100 litros diarios) y cualquier manejo efectivo o no tan efectivo que los criadores de ganado, siempre con las mejores intenciones, le den a las praderas y los animales.
Experiencia en otras latitudes
La experiencia colombiana señala que las cabezas de ganado son menores en los predios tradicionales que en los de crianza avanzada que aplican pastoreo por praderas, suplementación de alimento y técnicas de fertilización.
Las llamadas fincas tradicionales del trópico colombiano llegan a criar de 1,5 a 1,8 bovinos adultos por hectárea, mientras que los predios más desarrollados llegan a las 3 e incluso 4 reses por hectárea. Algunos especialistas son enfáticos en señalar que lo anterior sólo se puede lograr si se suman variedades de silo, heno, fertilización de pastos y periodos de extensos 30 días de descanso de los forrajes.
A pesar de los números, los estudiosos señalan que aún son pocas las fincas que aplican el mejoramiento de praderas en la zona con el útil pastoreo por franjas, echando literalmente “todo el ganado en el mismo potrero”.
Las autoridades tropicales, siempre preocupadas por el bienestar colectivo y particular, organizan capacitaciones para que las ganaderas puedan contar con manejos eficientes de predios, pero lamentablemente señalan que son muy pocas las que llegan a poner en práctica lo aprendido.