Conoce las 5 ventajas de la carne envasada al vacío

Tanto para los amantes de la parrilla como para los que simplemente se benefician del talento en la cocina de los otros, las carnes envasadas pueden ser una alternativa sabrosa, eficaz y segura. Aquí te contamos sobre las ventajas este sistema y cómo aprovecharlo.

El envasado al vacío es una técnica de empaque de alimentos que consiste en retirar el aire del contenedor del producto. Esto, por su parte, disminuye el oxígeno y la humedad, lo que protege a los productos de la descomposición. Para ello se ocupan bolsas especiales que han pasado por exigentes controles de impermeabilidad.

Las carnes envasadas al vacío tienen una vida útil más amplia, ya que el proceso evita que la carne se oxide y se pudra. De hecho, se calcula que las carnes envasadas al vacío duran hasta tres veces más que otros tipos de envasado -por ejemplo, en comparación al “Alusa” film, al guardado en bandejas y al envoltorio en papel antihumedad para charcutería-.

5 ventajas de la carne envasada al vacío

Una vida útil más larga

Al generar un ambiente libre de oxígeno se inhibe el crecimiento bacteriano, lo que permite consumir la carne luego de más tiempo de almacenamiento.  El método permite que todos los tipos de carne duren más, la mayoría en un rango de 6 a 10 días si se mantienen refrigeradas.

Sin embargo, es importante destacar que varios factores influyen en esta duración: la frescura de la carne, el nivel de pH, la temperatura del refrigerador, los ingredientes del marinado (si lo tiene), el proceso de sanitización y limpieza por el que ha pasado la carne y el tipo de laminado usado para sellar al vacío.

Cuidando estas condiciones, la carne de vacuno y ternera puede durar hasta seis semanas en el refrigerador luego de ser sellada al vacío. El cerdo dura alrededor de dos semanas, mientras que la carne de ave y de pescado es comestible por una semana. Se estima que la carne envasada al vacío que se congela dura entre 12 y 18 meses. De hecho, al guardar la carne sellada al vacío en el congelador, no tendrá quemaduras por congelación, que se formen cristales de hielo y que se deshidrate la superficie de la misma. 

Libre de conservantes

Este proceso de preservación no emplea conservantes ni aditivos, pues se centra en la regulación del aire y la refrigeración. Esta ventaja parece extremadamente sencilla a simple vista, pero no debe ser mirada en menos: hoy en día, en un escenario donde se usa y abusa de preservantes, tener la certeza de que se consume solamente lo que está sobre el plato es casi novedoso.

Preserva el sabor y la frescura de la carne

Este sistema retiene los líquidos y grasas propios de la carne, lo que asegura que cuando esta se vaya a usar mantenga su sabor. De hecho, la carne envasada al vacío que se ha guardado refrigerada por varios días se vuelve más tierna debido a la acción natural de sus enzimas. Esto libera a quien la vaya a preparar de preocuparse de tener que buscar maneras de ablandarla para consumirla. El empaque al vacío asegura frescura, jugosidad y terneza.

Ahorro de espacio

Las carnes selladas al vacío ocupan menos espacio en el refrigerador y en el freezer, por lo que permiten una mayor organización y optimización del espacio para conversar otros alimentos. De hecho la mejora en la capacidad de almacenaje se ha calculado que aumenta en un 30% el espacio en las cámaras de refrigeración.

Carne más segura

La forma de preparar la carne envasada es altamente exigente: se lleva a cabo en salas con elevados estándares de calidad y en condiciones precisas de refrigeración durante todo el proceso, lo que garantiza un mayor nivel de higiene. El propio sistema de envasado impide la propagación de bacterias aerobias, hongos y levaduras. Así también, se evita la contaminación por manipulación y por olores. Es importante recordar que la carne envasada al vacío se ve púrpura. Muchas veces los consumidores se confunden al ver este color ya que piensan que es indicador de que la carne está podrida. Sin embargo, este efecto en su apariencia de debe a la falta de oxígeno: una vez que se abra el paquete y se la deja airear, recuperará el color rojo brillante que la caracteriza. Las recomendaciones sobre cuánto tiempo dejarla reposar varían, pero entre 15 y 30 minutos parece ser una decisión segura.